lunes, 23 de noviembre de 2009

SOBRE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL

Por Jorge H. Sarmiento García


Es evidente e incuestionable que el desarrollo tecnológico está relacionado con la influencia cada vez mayor de los medios de comunicación social. Mas también lo es que ocurre que no son pocos los que reivindican su autonomía con respecto a la moral y que, enfatizando lo que tienen de estrictamente técnico, favorecen de hecho su subordinación a los intereses económicos, al dominio de los mercados y buscan imponer parámetros culturales en función de proyectos de carácter ideológico y político.



Dada la posibilidad que tienen de determinar los cambios en el modo de percibir la realidad y la persona humana misma, se hace necesaria una seria reflexión sobre su sentido, finalidad, e influjo especialmente sobre la dimensión ético-cultural de la globalización (recordando que, como dijera Juan Luis Cipriani, "La globalización nos puede hacer más cercanos, pero no por eso nos hace más hermanos”) y el desarrollo solidario de los pueblos.



Respecto de lo primero, cabe afirmar que los medios de comunicación, por su fundamento antropológico, pueden ser ocasión de humanización no sólo cuando, gracias al desarrollo tecnológico, ofrecen mayores posibilidades para la comunicación y la información, sino sobre todo cuando se organizan y orientan bajo la luz de una imagen de la persona y el bien común que refleje sus valores universales.



En lo que concierne a lo segundo, debe ante todo señalarse que el mero hecho de que los medios en trato multipliquen las posibilidades de interconexión y de circulación de ideas, no favorece la verdadera libertad ni globaliza el correcto desarrollo y la auténtica democracia para todos.



Para alcanzar esos objetivos se necesita que estén concentrados en la promoción de la dignidad de las personas y el ennoblecimiento de los pueblos, que se pongan al servicio de la verdad y del bien, valores superiores a los que está intrínsecamente ligada la libertad humana.



Los medios pueden ofrecer una valiosa ayuda al aumento de la comunión en la familia humana y al “ethos” (conjunto de actitudes, convicciones, creencias morales y formas de conducta de un individuo o grupo social) de la sociedad, cuando se convierten en instrumentos que promueven la participación universal en la búsqueda común de lo que es honesto y justo.



Para concluir con esta nota -que sigue las enseñanzas del Magisterio-, debe subrayarse que cuando la comunicación pierde la ética, olvida la centralidad del hombre y su dignidad; como consecuencia, incide negativamente en las conciencias condicionando la libertad. De ahí que más de uno piensa que es necesaria en este ámbito una "infoética", así como existe la "bioética" en el campo de la medicina y de la investigación científica sobre la vida.

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